LA NOCHE QUE VIMOS OMEGA CENTAURI
Con un poco de regusto amargo, y mucho de decepción, por no poder asistir a la acampada de Sierra Mágina, acordé con mi amigo granaíno que esta semana, si no hacía malo y aún con Luna, saldríamos a matar el gusanillo astronómico.
Se suponía que era el miércoles la noche ideal, la que según las previsiones no habría nubes, pero según iba llegando a Granada el martes, el cielo iba abriendo, las nubes desaparecían y el cielo iba mostrándose azul y limpio. ¿Por qué no esta noche? Algunas veces existe la telepatía, ya lo creo. Suena el teléfono y una voz me pregunta ¿Por qué no esta noche?
Síiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!! Yujuuuuuuuuu!!!!!!. Esta noche es la nuestra! Y de hecho, fue la elección correcta, pues en el momento que estoy escribiendo esto, miércoles, está nublado.
En una hora quedamos, me dice una voz por teléfono. Prepara los bártulos.
Qué susto!! No encuentro las llaves del coche, Murphy, por favor, esta noche, no!!
Por fin, todo se soluciona y a la hora acordada llego al lugar de encuentro. Nos encaminamos hacia la antigua carretera de la playa. Jayena es nuestro destino. Un poco de cl en el horizonte norte y sureste, pero nada grave. Encontramos un pequeño camino, parece poco transitable, sólo llevamos un equipo, pues sabemos que disponemos de poco tiempo: El dobson ligthbridge 12” y todo el despliegue de instrumentos opticos del que dispone aquí, “Mr. Dobson”.
Llegamos al lugar, y la verdad es que hace más frío del esperado. Además tenemos rachas de viento muy desagradables, tanto por dejar helados a los de cuerpo presente, como por hacen bambolear el telescopio de un lado para otro a poco que lo soltabas, cual velerito en plena tempestad, aún con el tornillo de deslizamiento de la base apretado al máximo….Entre el viento y que anda el tiempo revuelto con las borrascas, etc, tenemos un seeing asqueroso, 2 de 5 aproximadamente, dice Fran. Ya sé lo que es el seeing… por desgracia, de forma negativa.
Comenzamos con la Luna, que se esconde pronto, está muy pequeñita todavía, apenas una sonrisa en el firmamento. Me gusta mirar al cielo cuando regreso del trabajo a casa y encontrarla así. El cielo me sonríe, suelo pensar.
Es curioso observar la luna cenicienta a través del telescopio. Con el Ethos 13mm vemos claramente los mares y cráteres más relevantes en la oscuridad. Nos llama poderosamente la atención el brillo de Plato ¿Cómo puede ser que brille tanto sin luz directa?
Pasamos al pequeño gajo iluminadao para deleitarnos en la medida de lo posible (puñetero viento) intercambiando oculares con los diferentes accidentes que tenemos a nuestra disposición: Atlas, Hércules, la Rima Cauchy, etc. El ethos es el ocular más usado, puesto que aunque hacemos un amago con el Uwan 7mm, con -430x- y sin barlow -215x-, la noche no está para muchas alegrías en forma de aumentos.
¿Intentamos Saturno? La verdad es que se ve más borroso todavía: con el Uwan 7mm no se ve claro claro, y con la barlow 2x ya es un manchurrón. La mejor opción es el ethos de nuevo, menos aumentos pero más claro.
Fran me ve flaquear y titubear sobre la conveniencia de seguir observando, y aunque no llego a expresarlo, me ha leído el pensamiento y me propone una tregua con la cena. Buena idea. Dentro del coche, con calefacción incluida, se está mucho mejor, jeje
Hace muchísimo frío, parece mentira, estamos casi en mayo. ¿Cuándo va a llegar el verano¿?¿?¿? Nos acordamos del último Martos, lo de observar en manga corta y con buen tiempo es un lujo en el recuerdo. Mira que es sufrida la vida del astrónomo!!
Desde luego fue buena idea lo de la pausa para cenar: El viento comenzó a amainar y, como por arte de magia, o de ganas, la noche se apaciguó. En este momento comenzó NUESTRA NOCHE.
Todo ha sido tan precipitado que no llevamos el consabido listado que tanto le gusta elaborar a mi compañero. Aunque no le hace falta. Ni atlas. Cada día me sorprende más. Voy a enchufarle a M3, me dice. Ni 2 segundos y oigo: mira qué bonito!! No sé con qué alucino más, si con M3 o con su intuición para encontrar los objetos en el cielo. Es como un sexto sentido lo que tiene.
Pues sí, ahí tengo a M3, metido dentro del Ethos, y a punto de ebullición. Se trata de un cúmulo cerrado que contiene aproximadamente medio millón de estrellas. Es curioso, el primer descubrimiento “original” de Charles Messier, ha sido nuestro primer descubrimiento de la noche. Coincidencias… o no. Estamos en Canes Venatici, y parece que estos dos perros, Asterion y Chara, van a tirar de nosotros esta noche.
Hacemos pruebas: El Ethos + barlow x3 nos lo acerca, hasta casi tocar con la yema de los dedos, pero también mucho menos espectacular, pues pierde luminosidad y nitidez. Mejor con ethos + barlow x2: sin perder nitidez, abarca 2/3 partes de los 100º del ocular!!!! Qué bonitooooo!! Qué detalle, qué lujo, qué, qué, qué!!.
Golpe de timón, marinero: Vámonos a por la Galaxia del remolino, la Whirlpool, M51. Es uno de mis objetos preferidos del cielo. Con el 30mm se ve lejana… Por mucho que la observe no deja de impactarme esta peculiar galaxia, la forma en que absorbe a la otra, de la misma manera que me absorbe a mí. Me recuerda los pentagramas del “cole”, comento. Fran dice que esta galaxia admite aumentos, así que no se hable más, le metemos el 7mm, 215x. Se ven muy bien los dos núcleos claramente. Con visión desviada se intuye el brazo de la principal abrazando a la ‘pequeña’ que ha caído en sus redes.
No hacemos muchos cambios en oculares, el frío atenaza nuestras manos, y cuesta trabajo manejarlos.
En la Osa Mayor tenemos M81 y M82. Creo que no ha tardado ni 15 segundos en atraparlos con el 30 mm. Con el 7 las separamos. Me gusta mucho más M82, la situada en vertical.
Dejándonos guiar más por preferencias o intuición que por un orden determinado, seguimos con la Osa Mayor. Con el 30mm capturamos la Nebulosa del Búho y M108 a una vez. Arriba del ocular, M108, la galaxia en espiral, y abajo, a la derecha, la nebulosa. Con el 7mm, M108 no deja de ser una leve línea. En cambio, la Nebulosa del Búho, M97, me da la impresión de una bola de gas a punto de estallar. Lógico, tratándose de una nebulosa gaseosa. Como la noche no está para tirar cohetes, Fran no hace ni un amago de probar con el OIII o el UHC.
Ahora le toca el turno al objeto estelar favorito de mi amigo (el segundo es M3, obviamente), se trata de M13, en la constelación del poderoso Hércules, de fuerza sobrenatural, que se constituye también en un poderoso cúmulo, el más grande visible desde el hemisferio norte… Con el 30mm, se capta perfectamente y se aprecia su gran brillo y tamaño, pero con San Ethos se disfruta más del espectáculo. Después probamos con el 7mm, llena por completo el ocular, sin salirse de él. Perfecto.
En la misma constelación de Hércules, tenemos otro cúmulo globular, M92 (parecen determinantes en la noche los cúmulos globulares). Al lado de M13, me da la impresión de ver un cúmulo recién nacido, dispuesto a crecer y desarrollarse.
Otro golpe de timón: vámonos a la Galaxia del Sombrero: realmente parece un sombrero, visto así de canto.
Aprovechando que nos encontramos por la zona de Virgo, nos apetece dar un paseo galáctico, y qué mejor lugar para ver galaxias que el cúmulo de Virgo… Unos pasitos con el 30mm. Si estremecedor resulta contemplar varias de ellas dentro del campo, no menos emociona saberte observador de un pasado de 60 millones de años. A continuación pasos seguros con el ethos. Impresionante la nitidez que nos da. Puedes perder horas y horas en este paseo. Imposible cansarse de este paseo galáctico, pese a que recorremos distancias que escapan al entendimiento…
Nos gusta detenernos un rato en Escorpión. Escorpión, el salvador de Artemisa (la luna). Cuando Orión la intentó violar, Artemisa pidió ayuda al escorpión que picó al gigante mortalmente, y la liberó. En agradecimiento, Artemisa lo colocó en el cielo. Por esto, Orión se oculta cuando aparece Escorpión, atemorizado, momento que aprovechamos para contemplar M4. Cúmulo cerrado, que con el Ethos se ve muy expandido.
Un regalito para mí, como mi color favorito es el rojo, me dice: pues ahí la tienes, Antares. Se agradece, verla refulgente, roja como el coral, como el fuego en el cielo. Preciosa.
Si de colores se trata, vamos a por Albireo, perfecta con el ethos, la distinción de los colores azul y amarillo de esta estrella del cisne, es tan majestuosa, como el cisne mismo. No podría encontrarse en otro lugar.
Es hora de irnos. La humedad se suma a los inconvenientes meteorológicos, además de que amenazantes nubes negras empiezan a cubrir el cielo. El viento vuelve a molestar dándonos a entender que la noche ha terminado. ¿Un último vistazo? ¿La nebulosa del anillo? Pues bien. Con el ethos no es menos que …. PERFECTA!!!
Un buen punto final a la noche.
...¿Y dónde está Omega Centauri? ¿Por qué este título? ¿Acaso fue un sueño?
No, ahí estaba. Fue algo alucinante. Increíble. Algo que nos hizo sentir afortunados. Con campo abierto hacia el sur, sin viento, sin esperarlo…. En la constelación de Centauro, ahí estaba: OMEGA CENTAURI, el cúmulo globular más majestuoso e impresionante de la Vía Láctea, a la disposición de dos novatos, jeje.
Nos sobrecogió poder ver, aún oculta en una 3ª parte por los árboles, un objeto tan bajo. Esas dos terceras partes eran tan impresionantes como 3 cúmulos enteros juntos, o cuatro …. Ocupa casi casi todo el ocular de 30mm. “ A – 47º!!!” Oigo decir, y continua. “ Quili, qué poco más abajo está ya la cruz del Sur!, la constelación por excelencia del hemisferio Sur! Con sus nubes de Magallanes! Si abres el stellarium sabrás lo que te estoy contando! De Madrid para arriba es un sueño irrealizable!!!
Yo pienso: y ésto me ha pasado a mí…… 2 novatillos….. Me olvido del frío, me olvido del molesto aire del principio de la noche, me olvido del sueño, y de que sólo me quedan 4 horas para levantarme, y sigo pensando. Ésta es la noche PERFECTA. Buen cielo, mejor compañía, y Omega Centauri. Es la noche en la que vimos por primera vez OMEGA CENTAURI…..
El mundo no existe, aquí me quedo.
Quili
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